Air, water, stone

El edificio donde, en estas páginas, se colocaron las piezas de la colección Flexform tiene una historia particular: fue construido por el dueño de la casa contigua "porque quería asegurarse de que la vista fuera agradable", dice el arquitecto Aldo Parisotto, autor del proyecto con su estudio Parisotto + Formenton, en tono divertido. Una vez adquirido el terreno, el propietario acude a un primer estudio de arquitectura y comienzan las obras. Pero no está convencido y decide detenerla. Luego, el encuentro con Parisotto y la decisión de confiar su estudio para completar la construcción. "Fue la primera vez que diseñamos una casa sin saber quién viviría allí", continúa Parisotto. El primer paso es una visita al lugar para entender su morfología y orientación con respecto al curso del sol. Se configura así un paralelepípedo alargado, articulado en varios niveles (sala de estar en la planta de entrada, dormitorios en el nivel inferior -que dado el desnivel es, en todo caso, a nivel del suelo - y gimnasio/cuartos de servicio aún más abajo) y orientado esencialmente hacia el este. y al sur, es decir, hacia el lago. 
Al entrar, uno se encuentra con una secuencia de espacios que de repente se ensanchan para abrazar el paisaje y la piscina de borde infinito que se extiende hacia el lago: “En nuestra opinión, la arquitectura es bella si la descubres a través de un viaje, a través de los acontecimientos”, explica el arquitecto. Los exteriores y los interiores se comunican a través de los grandes ventanales pero también con el uso de la piedra, que reviste los elementos estructurales verticales como una piel. El proyecto está salpicado de referencias al trabajo de los maestros del Racionalismo: Terragni (las aberturas-impluvios circulares en el techo de la entrada), Libera (los "cortes largos", como los define Parisotto), Le Corbusier (los delgados pilares, la escalera de caracol exterior). Una escenografía básica, apasionante. Todo para vivir.