Suiza, St. Moritz
En un contexto con un encanto típicamente suizo, una magnífica mansión de montaña en St. Moritz, diseñada por Küchel Architects, redefine la relación entre Oriente y Occidente. Es un edificio de proporciones y formas clásicas, pero consagrado al presente gracias a la linealidad y pureza que dicta el predominio de materiales como la madera, el mármol, la piedra y el vidrio.
La fachada de la mansión está realizada en alerce local tratado con la técnica del yakisugi, un proceso de origen japonés —hasta ahora inédito en Suiza— que consiste en quemar la superficie para protegerla de mohos y hongos. Además de la ventaja práctica, el yakisugi embellece la madera y le da un aspecto casi de mármol. En su interior, el salón se perfila con un mullido sofá Adda tapizado en tela y acompañado de una mesa de centro Oliver, frente a una moderna chimenea más allá de la cual se abre un panorama inigualable.
Proyecto arquitectónico/interiores: Küchel Architects
Fotografía Reto Guntli & Agi Simoes